lunes, 30 de agosto de 2010

Día 1: Los comienzos

(Este post se debería haber publicado el 25 de Agosto)

Boeing 747-400 de Aerosur (Alías super Torísimo)
Desde que me puse en pie para preparar todas las cosillas del viaje, no hacía nada más que pensar en que otra vez y por segundo año consecutivo, me iban a asignar un asiento el Clase Bussiness de AeroSur. Todas se fue al garete cuando al presentarme en el mostrador de facturación me dice la chica: “Lo siento pero se le ha respetado la plaza que tenía asignada...”. Eso me dio pie a pensar que... posiblemente esa plaza que no se me respetó estaba en Clase Bussiness.

Salvando las diferencias, el viaje no fue tan mal como lo pinté al ver el pedazo de Boing 747-400 que tenía preparado la compañía AeroSur para realizar el vuelo Madrid-Santa Cruz de la Sierra. Este avión tenía el apodo de: “Super Torísimo” y es que esta compañía tiene la costumbre de decorar sus aviones con dibujos de animales y luego les asigna un apodo para designar a ese avión.



Así que facturé, embarqué y busqué mi asiento que estaba en el incómodo sitio que nadie quiere, en el centro entre la ventanilla y el pasillo. A la izquierda tenía a un jóven llamado Hugo natal de Cochabamba que decía ir de vacaciones pero que no sabía si volvería a España. Llevaba trabajando 8 años en la empresa “Elecnor” haciendo las instalaciones de lineas de alta tensión, pero tiene en Cochabamba a toda su familia, a su novia y la casa que se han terminado de hacer hace poco. Me dijo que había ahorrado algo de plata y estaba cansado estar lejos de su familia. Así viene para quedarse y para casarse en Octubre de este año. Ójala le vaya todo bien. Al lado derecho tenía Roland Michael, un señor mayor, entorno a los 60 y pico años, canoso con barba y bigote, alto de unos 1,90m y con un acento bastante... germano, jeje!! era una alemán afincado en Santa Cruz desde hace 15 años. Tiene una plantación de piñones para la fabricación de combustible biológico.

El viaje, entre conversaciones con Hugo sobre su vida y obra en España y lo que le espera en Bolivia y con Roland, un alemán hablando un inglés germanizado y yo con un inglés a lo indio intentamos mantener conversaciones entorno al trabajo que tengo que realizar en Bolivia y sobre el tiempo que lleva él viviendo en Santa Cruz.

Después de pasar la tediosa espera para completar el trámite con migración y desesperarme un poco buscando mi maleta que la tenían guardada en una habitación contigua, salí en búsqueda del taxista que me llevaría hasta el Hotel Canciller, situado a cuadra y media de la plaza 24 de Septiembre de Santa Cruz.

Intentaré adaptarme lo máximo posible al horario de aquí para no acusar al jetlag.

Mañana sería otro día.

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